CITAS Y AFORISMOS
"Es una experiencia verdaderamente fascinante, te olvidas de todo, de todas las preocupaciones, de todos los problemas, toda tu atención se centra en no caerte, es un deporte en el que interviene todo el cuerpo. Produce una enorme sensación de libertad sentirse tan cerca de las rocas, de la naturaleza, de las montañas, cuando alcanzas la cima sientes tal felicidad que quieres volver a experimentar esa sensación lo más a menudo posible".
Leni Riefenstahl

sábado, 23 de marzo de 2013

- NO A LO QUE SE DICE, CÉSAR PÉREZ DE TUDELA

No se crea la gente lo que se dice estos días sobre el alpinismo. Gran parte de culpa de estos juicios exagerados y parciales la tiene el mensajero, que escoge la noticia, la agranda y la difunde, ahora que la comunicación es tan sencilla, con enviados especiales en el mismo Himalaya en busca de incidentes para justificar su crónica, que a su vez es agrandada por el columnista que ve en estos pequeños sucesos un motivo para escribir un buen articulo y quedar bien.

No hagan caso.

El alpinismo sigue siendo una de las pocas actividades que merece la pena realizar. Grandes paisajes, incomparables alegrías, compañeros generosos… Esa es la verdad.

En el alpinismo, tan unido al romanticismo hay poesía y hasta mística, aún en estos tiempos exageradamente racionalistas y con ello positivistas, en permanente ejercicio de la materialidad.

Es cierto que a los caminos de las cumbres ha llegado esa insana competición que hace vencedores y vencidos, el record, realidades que siempre estuvieron repudiadas por el alpinismo o montañismo tradicional, porque contradecía su propia esencia.

Con la competición y la persecución del record llego la moda de olvidar a tu compañero y amigo para subir con un sherpa que es más rentable por su fortaleza, es decir un discreto ayudante o criado que te sube el peso y te otorga seguridad, esa condición que cada día nos falta más, gracias a tantas otras facilidades que la actualidad nos brinda, especialmente en las cimas del Himalaya de 8.000 metros.

Se ha ampliado y exagerado mucho las diferencias entre Oirzabal y Edurne, pero no hagan caso. Han discutido, han exagerado sus afirmaciones producto del cansancio. En las casas de las mejores familias, si pusiéramos periodistas a la escucha, nos enteraríamos de controversias, insultos y todo tipo de situaciones reprobables.

El periodismo no es simple cotilleo, igual que la justicia no es venganza aunque a veces lo parezca.

La prensa y los medios de información están para informar de los grandes y graves sucesos que nos pasan, pero no debieran convertirse en un vulgar escaparate donde se exhiben insultos, ni un altavoz de lo negativo, olvidando lo fundamental, que en el caso del Himalaya que se comenta, ha sido la brillante intervención de dos alpinistas argentinos salvando la vida a otro alpinista español.

Eso es a mi juicio de periodista y estudioso de la comunicación lo que hay que dar a conocer, pero nunca dar tanta importancia a conductas o hechos intrascendentes entre dos compañeros de montaña.

Si hay que buscar alguna actividad exenta en lo general de ánimo de lucro, en la que se sé manifieste la alegría, el esfuerzo y aún la frecuente heroicidad, esa actividad es precisamente el alpinismo, ese ejercicio del cuerpo y de la mente que yo divulgue con mis mejores ilusiones, en la televisión única y en las mejores publicaciones y emisoras hace 40 años, que esta sociedad está ensuciando día a día. Así convencí a los abuelos y padres de estos jóvenes o maduros alpinistas de hoy, que ahora quieren subir todos los “ochomiles” a la vez, con sherpas o sin ellos, con oxígeno o a pleno pulmón. Un poco de cordura aunque sea solo para el alpinismo.

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